La Mutilación Genital Femenina (MGF) o ablación es la extirpación parcial o total de los genitales femeninos externos por motivos no médicos.
Hay varios tipos de mutilaciones genitales femeninas, y no hay una forma homogénea de practicarla.
La mayoría de las mutilaciones se practican a la edad de 15 años aunque en algunos países puede llegar a realizarse en el momento del nacimiento.
Esta práctica es considerada por Naciones Unidas una violación de los Derechos Humanos.

La Mutilación se practica en 35 países, 28 de los cuales son africanos.
La prevalencia de la mutilación en los países del noreste de África (Egipto, Eritrea, Etiopía y Sudán) varía del 80% al 97%, mientras que en África Oriental varía del 18% al 65%.
La mutilación genital femenina también existe en Europa, donde se estima que cada año 180.000 niñas están en riesgo de padecerla, y 600.000 mujeres y adolescentes viven con sus secuelas.

En muchos países es una tradición cultural que marca el paso de la infancia a la madurez y el símbolo de que la niña ya está preparada para casarse y crear una familia.

Por eso, esta práctica está ligada al matrimonio infantil y al abandono de la educación a una edad temprana.

Las secuelas físicas de esta práctica son innumerables porque en la mayoría de los casos se realiza en condiciones higiénicas muy deficientes: sangrados, infecciones, tuétano.., llegando a producir en muchos casos la muerte.
Las consecuencias psicológicas son múltiples: ansiedad y depresión, fobia a las relaciones sexuales, problemas de autoestima…