Niñas activistas contra la Mutilación Genital Femenina en Afar
A pesar de lo extendida que está la práctica de la mutilación genital femenina en África, también observamos e impulsamos un aumento del activismo africano contra la Mutilación Genital Femenina. Con la consecuente (aunque no suficiente), mejora de la situación de las mujeres y niñas en el continente. La situación es especialmente grave en la región de Afar, Etiopía, donde un 98% de las mujeres la sufren y se da una prevalencia entre las niñas de 0 a 14 años del 60%. Por eso es aquí, en tres distritos de Afar, donde llevamos a cabo un proyecto financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo para acabar con la mutilación genital femenina en Afar.
Amina Million es una alumna de 18 años de séptimo grado de la escuela primaria de Ongayitu en el barrio de Sabure, en el distrito etíope Awash Fentale. Dentro de una familia de seis personas, ella es la hija mediana. Amina y sus dos hermanas habían abandonado la escuela debido a que habían pasado por la mutilación, gracias al proyecto conseguimos que Amina y sus hermanas volvieran a las aulas.
Su familia era muy tradicional y su madre animaba a las mujeres de la comunidad a mutilar a sus hijas, como siempre se había hecho. Estos comportamientos perpetuaban el ciclo de mutilación genital femenina en Afar y abandono escolar en muchas familias de la zona. Por eso es especialmente importante trabajar a nivel comunitario para lograr cambios culturales.
Un proyecto integral para la protección de niñas, adolescentes y mujeres
Gracias al proyecto trabajamos con las parteras tradicionales y las sensibilizamos para que apoyen el abandono de la práctica. En esta región solo un 6% de los partos se atienden en centros de salud. Las parteras tradicionales son un importante referente, pueden informar de todos los nacimientos que van a darse, vigilar a las niñas y además dar la información a los padres y madres sobre cuáles deben ser los cuidados en los primeros años de vida del bebé.
Líderes religiosos contra la mutilación
También trabajamos con los líderes religiosos, es clave que expliquen que estas prácticas no tienen nada que ver con la religión. Su opinión negativa sobre la mutilación puede hacer toda la diferencia en muchos hogares. También contamos con la liga de mujeres contra la mutilación que trabajan sensibilizando al resto de mujeres en su comunidad y con los clubs escolares. Todos estos grupos y personas clave, nos ayudan a sensibilizar para cambiar pautas culturales, pero también para identificar a posibles víctimas y ayudarnos derivando los casos a las instituciones de referencia.
Tanto Amina como sus hermanas sufrieron mucho durante la mutilación y, aunque no querían que ninguna otra chica en su localidad tuviera que pasar por lo mismo, en ese momento no sabían cómo defenderlas. La mutilación supone una violación de los derechos de las niñas a la salud, la seguridad y la integridad física, el derecho a estar libre de tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, además del derecho a la vida. Es condenada por numerosos tratados internacionales como la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Convención sobre los Derechos de los Niños. También por las legislaciones nacionales, como es el caso de Etiopia, y sin embargo, se sigue dando. La legislación no es suficiente para cambiar pautas culturales por muy nocivas que sean.
Por eso con este proyecto “Poner fin a la mutilación genital femenina en Afar” creamos una alianza contra la mutilación genital femenina. Trabajamos con las instituciones, legales y fuerzas del orden, sanitarias y comunitarias para crear una red de apoyo, prevención y vigilancia que nos permita garantizar los derechos de niñas y mujeres en los 3 distritos.
El motor del cambio contra la mutilación genital femenina
Amina, gracias a nuestra intervención comunitaria a través de los clubes escolares, ha recibido la información y el apoyo necesarios para convertirse en el motor del cambio. Comenzó por enfrentarse a su madre y sensibilizarla para que entendiera lo que supone esta práctica para las niñas y mujeres. Era vital hacerla entender lo perjudicial y dañino que era en sus vidas y como este ciclo que lo perpetúa debía parar. Ante el rechazo de su madre, Amina se puso en contacto con los líderes religiosos. Ellos también forman parte de nuestro proyecto, reciben las formaciones necesarias, apoyan a las niñas y mujeres y cambian el comportamiento de mujeres como la madre de Amina, que si escuchó a los líderes. Fue así como entendió que la mutilación no es un requisito religioso, sino una práctica cultural. Para Amina lograr tener el apoyo de su madre fue clave.
Amina asegura que quiere contribuir a la lucha contra la mutilación genital femenina en Afar y ya ha llegado a 25 hogares como el suyo. Ha cambiado el futuro de las próximas generaciones de 25 familias en su región. Lo más importante es que Amina no está sola. Cuenta con una tremenda red de apoyo comunitario, también con las instituciones que ahora si están coordinadas gracias a nuestro proyecto. Hoy sabe que ellas, las niñas y mujeres de Afar, son el auténtico motor del cambio.
“Me comprometo a trabajar con mi comunidad hasta que todas las niñas estén libres de mutilación genital femenina”